La depresión y la Navidad en ChicagoRebecca Sánchez22 de diciembre, 2008Para quienes festejan la Navidad, las luces resplandecientes, la música alegre y la comida festiva suelen inspirar paz, armonía y esperanza. Para muchos latinos es la época más bonita del año. Desafortunadamente, esta Navidad no será así para algunos en nuestra comunidad. El 2008 fue un año complejo y estresante. El país e Illinois atraviesan dificultades como la recesión, el alto desempleo y la falta de fondos estatales. La incertidumbre también aumenta sobre las leyes migratorias dejando a miles de hispanos angustiados por su futuro. Tantas contrariedades y la falta de seguridad causan estrés.Mientras en la cultura estadounidense se aplaude que alguien hable de sus ansiedades personales, algunos hispanos perciben la depresión como una falla en el carácter o un signo de debilidad. Sobre todo, los hombres temen que se les vea como "llorones". Un machismo excesivo dicta que no deben demostrar inseguridad o miedo cosa que no facilita sus vidas cuando necesitan ayuda.Según algunos expertos, en Chicago hay más hispanos estresados y deprimidos que antes. El centro Cicero Medical ha tenido un incremento de casos de depresión. Gerardo Licea, director de esta institución, dice que "más pacientes se quejan de tener grandes dudas sobre sus ingresos, de perder sus empleos, y en algunos casos de su situación legal". Agrega que: "este año, la clínica ha referido más pacientes a psicólogos y psiquiatras que en 2007". En general, estos pacientes no hablan fácilmente de sentirse deprimidos y son los médicos quienes reconocen los síntomas.La edad y la situación económica también influyen. Las personas mayores suelen ser aún más reservadas sobre este tema al igual que las personas con pocos estudios.La directora de un centro de servicios de ayuda a domicilio para personas mayores de 60 años y discapacitados en Chicago dice que la mitad de sus clientes se sienten deprimidos. Rebecca Cruz, de "Así Community Service Leader en Bucktown", dice que en sus 32 años en el centro "nunca había visto tantos deprimidos". La mayoría de los más de 300 clientes hispanos viven solos y dependen del Estado para pagar a sus ayudantes de domicilio. Como otros empleados estatales, estos trabajadores también han recibido pagos atrasados. Cruz dice que esto crea un gran estrés para sus clientes.No obstante, los usuarios de "Así" no se abren fácilmente. Cruz asegura que "los recién llegados no hablan de su estrés o depresión y sólo los que llevan años allí lo consiguen". Este centro les ofrece grupos de apoyo para conversar con compañeros que también atraviesan por depresión.Hay otros servicios que ofrecen asistencia en español. El primer paso es reconocer que se necesita ayuda, sin apenarse por ello. Y es que es más penoso pasar por momentos difíciles a solas. La crisis no discrimina, la vivimos todos.Hay quienes sufren más o menos según su situación, pero casi todos estamos en la misma. Dejemos a un lado los prejuicios culturales que dicen que la depresión es una falla personal. No sabemos si la economía, el desempleo, o las leyes migratorias mejorarán en 2009, pero seguramente la vida será más fácil si buscamos apoyo moral.En pocos días será Navidad y muchas gente no tendrá los recursos para festejar como antes. Es momento para recordar que además de ser época de fiesta, también es un periodo de esperanza. Y ésta si que la debemos mantener, porque al fin y al cabo, la esperanza es lo último que nos queda. •
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